Buceando en el baúl de los recuerdos, me encontré con esta foto que le tomé hace unos años a Don Luis, marino de todos los mares y sueños.

En estos días de efervescencia futbolística, me acordé de esta foto de un pequeño amigo que realmente ""vivía" su equipo.
Con la atmósfera nostálgica de los retratos tomados los primeros días del siglo XX.
Extraña tristeza.

¿Por qué no?. Si la realidad no es más que un sueño febril de la fantasía.
Siempre tenemos un sitio en el cual sentirnos libres. En este caso, un pequeño taller para reparar lo que se nos ocurra.
El atardecer, el regreso a casa y una ruta que se presta para meditar.